Lenguaje receptivo:
Permite comprender el lenguaje y adquirir el significado de las palabras, o sea
lo que el niño almacena, y va formando la base para el desarrollo de la
semántica en el lenguaje oral.
Son indicadores del lenguaje receptivo:
·Percepción y discriminación auditiva de palabras, frases y oraciones.
·Memoria
auditiva.
·Ejecución de órdenes.
·Seguimiento de instrucciones.
·Entiende el significado del lenguaje que escucha y sus respuestas son
adecuadas.
El niño (a) presenta dificultades en el lenguaje receptivo cuando se observa
dificultad para entender el lenguaje hablado, pudiendo presentar alguna de las
siguientes características:
·Pregunta constantemente ¿Ah? ¿Qué?
·No logra comprender el significado de oraciones largas.
·Le es difícil seguir instrucciones complejas y sencillas
·Por lo general imita o sigue conductas de comunicación que presentan sus
compañeros de clase.
Lenguaje expresivo:
El lenguaje expresivo es el que le permite al niño expresarse por medio de
gestos, señas o palabras.
El lenguaje expresivo verbal está determinado por los siguientes indicadores:
·Vocabulario adecuado y preciso.
·Combinación de palabras en frases y oraciones.
·Construcción gramatical de oraciones.
·Ordenamiento lógico y secuencial del mensaje.
·Evita la repetición innecesaria de fonemas, palabras y/o ideas.
Lenguaje articulado:
La articulación constituye la última etapa del desarrollo del lenguaje y se
considera como la habilidad para emitir sonidos, fusionarlos y producir
sílabas, palabras, frases y oraciones que expresan ideas. Así mismo, la
articulación se relaciona con el adecuado funcionamiento de los órganos del
aparato fonoarticulador.
Algunos indicadores del lenguaje articulado:
·Pronunciación correcta de los fonemas.
·Capacidad articulatoria para unir y enlazar fonemas para formar sílabas y
palabras.
·Fusiona los fonemas en palabras, frases u oraciones que expresan ideas.
AUTOR:
María Natalia Calderón Astorga
14/11/2004
__________________________________________
Desarrollo de competencias comunicativas
La competencia comunicativa
es fundamental dentro del desarrollo integral del alumno. Desde que nace el
niño desarrolla el lenguaje como una forma de entrar en contacto con el mundo.
Más adelante la educación escolarizada impulsa los aspectos más formales del
lenguaje y las formas más complejas de expresión.
Desarrollar la capacidad para hablar, escuchar, leer, escribir les permite a
los niños y jóvenes expresarse, conocer, informarse, aprender, en pocas
palabras integrarse al mundo, ser parte de él. “La competencia comunicativa es
el término más general para la capacidad comunicativa de una persona, capacidad
que abarca tanto el conocimiento de la lengua como la habilidad para
utilizarla. La adquisición de tal competencia está mediada por la experiencia
social, las necesidades y motivaciones, y la acción, que es a la vez una fuente
renovada de motivaciones, necesidades y experiencias”. Dell Hymes
DESARROLLO PRAGMÁTICO
Se le
concibe como el estudio del uso del lenguaje en un contexto interaccional real
por parte de interlocutores reales se considera que el lenguaje posee una
función eminentemente comunicativa, es decir, se usa con la intención de
obtener un cambio de comportamiento de los interlocutores, y se correlacion a
su vez con la función de representación significa del pensamiento.
Los niños deben adaptar su lenguaje dependiendo de las expectativas sociales, es decir, con quien hablan, de donde hablan, etc. A esto se le denomina ajuste de los registros del habla. Además deben aprender a comunicarse claramente para lo que deben adquirir la habilidad de la comunicación referencial, es decir, producir mensajes varbales claros y reconocer cuando el significado de otros mensajes no está claro.
Los niños deben adaptar su lenguaje dependiendo de las expectativas sociales, es decir, con quien hablan, de donde hablan, etc. A esto se le denomina ajuste de los registros del habla. Además deben aprender a comunicarse claramente para lo que deben adquirir la habilidad de la comunicación referencial, es decir, producir mensajes varbales claros y reconocer cuando el significado de otros mensajes no está claro.
El desarrollo de competencias comunicativas pragmáticas es un conocimiento que
no se aprende ni se le enseña al niño. Es un tipo de conocimiento que se
alcanza durante el proceso de desarrollo humano.
El desarrollo pragmático del niño, podríamos
dividirlo en cinco etapas:
PRIMERA ETAPA:
1. Facilitar la capacidad, del niño, para utilizar información suprasegmentaria (entonación, gestos, etc.) para expresar estados de ánimo e incluso necesidades y para comprender ciertos tonos e inflexiones e intentar imitarlos.
Para facilitar esto se debe:
- Utilizar
las curvas melódicas de forma marcada para que el niño las discrimine.
Acompañar las conversaciones de gestos manuales y mímicos (¡adiós!-
agitando la mano)
- Asociar
diferentes tipos de entonación a acciones del niño (ejemplo: ¿Dónde tienes
la mano?, ¡Bien!, etc.)
2. Facilitar la capacidad del niño para intentar
imitar algunas palabras para designar animales, personas y cosas.
Para facilitar esto se debe:
Para facilitar esto se debe:
- Repetir
al niño aquellas palabras más accesibles y de mayor uso por su parte, designándole
el objeto, persona o cosa a la que hace referencia.
- Reforzar
los intentos del niño, repitiendo aquellas palabras que intenta imitar
señalando el referente y vocalizando de forma lenta y clara.
3. Favorecer su capacidad de entender algunas órdenes
en situaciones.
4. El niño utiliza algunas palabras para llamar o pedir.
Fomentar el uso de esta función:
4. El niño utiliza algunas palabras para llamar o pedir.
Fomentar el uso de esta función:
- Respondiendo
siempre a las demandas comunicativas realizadas por el niño, aun en el
caso de que la emisión fuera prácticamente ininteligible o incluso aunque
no se produjera ningún tipo de emisión verbal, ampliándole su interacción
comunicativa de forma paulatina y gradual (ejemplo: el niño emite “aaaa”
mirando el vaso de agua, la madre le acerca el vaso preguntándole ¿quieres
agua?)
5. El niño utiliza abundantes jergas en sus
vocalizaciones, repitiendo esquemas entonatorios oídos.
SEGUNDA ETAPA:
1. Favorecer la capacidad del niño para utilizar las funciones pragmáticas (pedir algo señalando o nombrando) y reguladora (mandar).
Para ello se debe:
- Poner
al niño en situación de pedir o mandar (ejemplo: le ponemos delante algo
que sabemos que le gusta para que lo pida)
- Poner
al niño en situaciones de pedir “más” o “no más” (en la comida, etc.)
- Poner
al niño en situaciones de afirmar/negar (¿me lo das?, etc.)
2. Favorecer la capacidad del niño para utilizar la
función interaccional (relacionarse con los demás) Para ello se debe:
- Responder
a cualquier intento comunicativo por parte del niño.
3. Fomentar el uso por parte del niño de un
vocabulario expresivo de aproximadamente diez palabras en forma estable.
Para ellos debemos:
Para ellos debemos:
- Fomentar
situaciones que lleven al niño a situaciones de uso de ese vocabulario,
para entrar posteriormente, de forma muy paulatina y progresiva en
situaciones de oposición, permitiendo así una extensión y enriquecimiento
de su vocabulario.
4. Favorecer la capacidad del niño para comprender
un número de palabras, mayor al utilizado en su expresión: algunas partes del
cuerpo, objetos familiares, etc.
Para ello hay que:
Para ello hay que:
- Favorecer
el uso de ese vocabulario comprensivo, creando situaciones lúdicas para
ello y entrando de forma paulatina en situaciones de oposición para ir
enriqueciendo ese vocabulario comprensivo: (ejemplo: “señala tu mano”- el
niño señala el brazo- “eso es todo el brazo, mira tu mano es esto”- el
adulto señala su mano- “a ver señala ahora tu mano”- el niño señala su
mano- “¡eso es! ¡muy bien! Esa es tu mano”
TERCERA ETAPA:
1. Motivar al niño para el desarrollo de la función pragmática (pedir), reguladora (mandar) e interaccional (relacionarse con otros) empleando para ello emisiones de 2 o 3 palabras juntas.
Para ello se debe:
- Poner
al niño, de forma lúdica, en situaciones de uso del lenguaje (pragmático,
regulador, interaccional, etc.), realizando ampliaciones fonéticas,
sintácticas y semánticas a sus emisiones: (ejemplo: el niño dice “aba”, el
adulto responde “¿quieres agua? Toma agua”)
2. Fomentar la tendencia del niño a comenzar a usar
en esta edad ciertos pronombres personales (mio, yo, tu…)
Para ello se puede:
Para ello se puede:
- Utilizar
estos pronombres en sus interacciones.
- Realizar
actividades que inviten al niño a utilizar, de forma espontanea esos
pronombres.
3. Favorecer la capacidad del niño para entender y
obedecer (comprensión) y expresar (expresión) órdenes un poco más complejas y
que no se limitan a una sola acción.
Para ello se debe:
Para ello se debe:
- Realizar
juegos de órdenes para que el niño las realice.
4. Fomentar el equilibrio del vocabulario expresivo
y comprensivo.
Para ello:
Para ello:
- Utilizar
libros de imágenes, carteles, etc… en los que el niño irá señalando
aquellos objetos, animales, etc… que conoce y aprenderá otro vocabulario
nuevo.
- Juegos,
danzas y canciones.
- Cuentos.
- Fomentar
la verbalización por parte del niño de sus experiencias, deseos, estados
de ánimo, etc…
CUARTA Y QUINTA ETAPA:
Es muy importante las conductas comunicativas para la adquisición de elementos fonológicos, semánticos o sintácticos, pero donde cobra una gran importancia es a nivel pragmático. Ya no se trata de situar el aprendizaje de elementos formales dentro de una dinámica funcional sino de entrenar y desarrollar las propias funciones pragmáticas de la comunicación lingüística y de evaluar desde esta perspectiva funcional los aspectos formales trabajados en los niveles anteriores. El diseño de una actividad funcional supone prever los recursos y técnicas gracias a las cuales se podrá actuar sobre la comunicación comunicativa planteada a los alumnos, pero al mantener esta dinámica realmente comunicativa se permanecerá abierto a la introducción de otros contenidos, de aportaciones personales de los alumnos y de ajustes no previstos de modo inicial.
Los elementos a tener en cuenta para el diseño de actividades funcionales son:
A. La situación: definida por la o las funciones del lenguaje implicadas de las que se distinguen 7 funciones comunicativas básicas presentes desde las primeras conductas comunicativas. La función instrumental: es el lenguaje utilizado para satisfacer necesidades. La función reguladora: es el lenguaje utilizado para controlar la conducta de los demás. La función interaccional: es el lenguaje utilizado para interrelacionarse con las personas de su entorno. La función personal: es el lenguaje utilizado para expresar los sentimientos y afirmar la individualidad. La función heurística: es el lenguaje utilizado para aprender y explorar la realidad. La función imaginativa: es el lenguaje utilizado para una formación creativa de la realidad. La función informativa: es el lenguaje utilizado para proporcionar voluntariamente información a los demás acerca de las personas, acciones… que el niño observa en la realidad.
B. Las variables de complejidad: que permiten introducir cambios en la situación propuesta inicialmente a los niños. Estas variables serían: cantidad, complejidad, semejanza, familiaridad, de situación, interlocutor, código,de tiempo y de aspecto.
C. Sistemas de facilitación: ayudas que se le dan al niño cuando no puede solucionar una tarea.
Acuña, X. (2004) Desarrollo
pragmático en el habla infantil. Pontificia
Universidad
Desarrollo Textual
El cuerpo comunica. La postura, los gestos, la
mirada, el rostro, el cabello, las manos… todos son dispositivos de
comunicación mediante los cuales estamos diciendo cosas permanentemente, aunque
no lo sepamos. Hablamos ahora de la competencia quinésica, la encargada de
aconsejarnos cómo debemos manejar nuestro cuerpo según el contexto en el cual
nos encontremos. Una entrevista de trabajo, un salón de clase, una
cafetería universitaria, un almuerzo de negocios, una obra de teatro, un
concierto, un acto protocolario… son momentos diferentes de los cuales se
espera un comportamiento diferente de nosotros, y dicho comportamiento
tiene su equivalente en la disposición del cuerpo. En otras palabras, para cada
situación habrá diferentes expectativas sobre el cuerpo.
Las anteriores competencias tenían que ver con el
lenguaje. Tanto ésta como las siguientes, tienen que ver más con el cuerpo y
con la forma como lo manejamos. En nuestra comunicación habitual es menos
importante la palabra que el gesto. Este último define intenciones, matiza los
posibles "querer decir" (recuérdese lo visto antes en III.A. Competencia Lingüística). Con
el cuerpo podemos complementar, enfatizar o contradecir lo dicho con palabras.
En ocasiones, incluso, podemos prescindir de éstas para intercambiar nuestros
pensamientos. No obstante, la preocupación teórica por la comunicación no verbal y por entender el lenguaje del cuerpo es reciente
en la teoría. Esto a pesar de que, según las culturas, el lenguaje no-verbal
puede significar más del 80% de la comunicación.
Sin embargo, a pesar de lo relativamente poco
importante que en ocasiones resulta el lenguaje verbal (lo dicho y lo escrito),
contamos con alfabetos y códigos sintáctico-léxicos a los cuales acudir para
resolver nuestras dudas: diccionarios, compilación de normas gramaticales,
ortográficas, y sintácticas; pero no tenemos los mismos diccionarios, normas de
gramática y sintáctica para el lenguaje del cuerpo.
Sólo tenemos aproximaciones vagas a lo que pueden
significar unas cejas alzadas, unas piernas cruzadas, unas manos abiertas, o
una espalda recta. Desconocemos el lenguaje del cuerpo (al menos en cuanto a
teoría se refiere), a pesar de que a diario estamos comunicando con él. Confirmar
un negocio, obtener un precio
especial, postergar un compromiso, o incluso obtener una cita con alguien
importante, son situaciones en las que el dominio de nuestro cuerpo, voz y
gestos son fundamentales, sin importar cuán concientes seamos de ello. Un
sujeto comunicativamente competente será quien haga uso estratégico de los
recursos de la quinesis.
Arango, Carlos Andres.(2005), Mexico D.F.
DESARROLLO ESTILISTICO
La
estilística estudia las particularidades y regularidades del funcionamiento del
idioma en las diferentes variedades del habla, las que se corresponden con
determinadas esferas de la comunicación y de la actividad del hombre. En esta
concepción, el elemento esencial es la intención, la finalidad concreta, la
función de la comunicación. Y este elemento se encuentra determinado por el
complejo de condiciones en que se efectúa la comunicación, entre las que
podemos identificar claramente: el contenido del enunciado, la situación, la
actitud del hablante hacia la realidad y hacia sus interlocutores.
La competencia estilística es el complemento indispensable de la
competencia pragmática, puesto que la competencia estilística se manifiesta en
esa capacidad para saber cómo decir algo, cuál es la manera más eficaz de
conseguir la finalidad propuesta. ¿Cómo hemos de decirlo para obtener lo que
queremos? sería la pregunta clave para esta competencia. Las actitudes
estilísticas del hablante hacia su interlocutor —como la cortesía, la
amabilidad, la paciencia, el enfado, la displicencia— son determinantes en la
estructuración de los enunciados.
Pérez, L. (2012) La
estilística funcional. Los estilos funcionales.
___________________________________________
Paralingüística
proceso cognitivo por el cual los seres humanos, haciendo uso de su
competencia lingüística innata1 , aprenden a comunicarse
verbalmente usando la lengua natural usada en su entorno social al momento de su
nacimiento y durante su infancia hasta la pubertad. En efecto, este proceso
está cronológicamente limitado ya que sucede únicamente dentro de lo que Jean
Piaget describe como 'Período Preoperatorio' o 'período
crítico' [Ver el caso de Victor de Aveyron], o sea durante los primeros 4 o 5 años de
vida del niño.
El lenguaje es la base de la comunicación del
ser humano. El lenguaje empieza su desarrollo desde el primer instante de vida
cuando el bebé nos escucha hablar y observa cómo nos comunicamos. Desde esos
primeros momentos el bebé aprenderá formas de expresarse y entenderse con los
demás. Estamos creando el vínculo de la comunicación, el bebé puede percibir
que le hablas, que le miras, que interactúas con él.
Las personas más cercanas a los niños y
niñas, tienen una función de gran importancia en el desarrollo del
lenguaje, la estimulación que reciban los más pequeños va a determinar la aparición
y el ritmo del lenguaje.
Es fundamental que
los pequeños escuchen hablar a los que les rodean desde el principio, antes
incluso de que puedan entender el sentido y significado de las palabras.
Los niños y niñas que no son estimulados
lingüísticamente presentan mayor dificultad para adquirir el lenguaje.
El desarrollo del lenguaje está enmarcado
dentro del proceso de desarrollo evolutivo de las personas. Por lo tanto está
dentro de unas etapas que caracterizan los periodos evolutivos y
presentan, con las lógicas variaciones individuales, unas características
generales.
Es importante que procuremos estimular las
capacidades lingüísticas, de expresión y comunicación de nuestros niños y niñas.
- Es una herramienta para pensar.
- Contribuye al desarrollo de la inteligencia.
- Desarrolla nuestra capacidad de análisis
- Facilita la comprensión y resolución de
problemas.
- Ayuda a entender las emociones.
- Es un instrumento fundamental para las
relaciones sociales, y por tanto para el desarrollo social y afectivo.
- Está estrechamente ligado al desarrollo
cognitivo
·
ETAPAS DE DESARROLLO DEL
LENGUAJE
ETAPA
PRELINGÜÍSTICA (0-2 años)
Antes de la
adquisición del lenguaje verbal, los bebés aprenden las bases de la comunicación. En esta etapa los niños y niñas aprenden que las palabras tienen un
significado, y aunque no puedan expresarlo empiezan antes del año a
reconocer el sonido de determinadas palabras. En esta etapa para comunicarse
los bebés emplean las miradas, los
gestos y las expresiones faciales.
También comienzan
a emitir sonidos, similares a lo de su lengua materna, aquella que escuchan
habitualmente en casa. Están primeras
emisiones son fundamentales, son las bases del habla que
desarrollaran poco más adelante.
En torno a los 20-24 meses se produce la emisión de las primeras palabras.
ETAPA LINGÜÍSTICA (a partir de los 2 años)
2-4 años.
El niño se
enfrenta a un mundo más amplio. Empieza a relacionarse socialmente con más
personas. Esto le crea una necesidad de
comunicarse con estas personas y hace que se esfuerce por mejorar su
habla, por hacer que los demás le
comprendan. Aumenta mucho el vocabulario, y la construcción sintáctica.
Utiliza los pronombres, tiempos verbales, proposiciones, aunque aun es común
que cometa muchos errores en estos aspectos, (por ejemplo, vayate en lugar de
vete o que te vayas, etc.)
4-6 años.
Los niños y niñas van creciendo, su conocimiento y
experimentación del mundo se amplían, tienen más curiosidad por conocer el significado de las palabras. Este
conocimiento será cada vez más preciso
y concreto. En esta etapa comienza el aprendizaje de la lecto escritura
ya están preparados para conocer el símbolo
grafico de los sonidos, aunque aún será un conocimiento inicial.
Se produce también un fenómeno importante que es la interiorización del habla, los niños y
niñas piensan con su lenguaje, es común que tengan conversaciones a solas
mientras juegan. Esto contribuye a que el lenguaje se haga más sofisticado en sus posibilidades de utilidad
y expresión, es decir empiezan a comprender las utilidades del lenguaje y a
saber que tiene múltiples posibilidades de utilización.
En esta etapa se produce el dominio completo de todos
los sonidos del habla, ya que tiene mayor capacidad para diferenciarlos. Es
normal, aun así que hagan simplificaciones de algunos fonemas o que los
sustituyan por otros (por ejemplo reyo por hierro) Continúa aumentando el
vocabulario y hace ya construcciones sintácticas más elaboradas. Es aquí donde
podemos empezar a detectar los primeros problemas.
Paralinguistica:
Parte del estudio de la comunicación humana que se interesa por los
elementos que acompañan a la comunicación oral y a la comunicación escrita, y
que constituyen señales e indicios que transmiten información adicional,
matizan, reafirman, aclaran o sugieren interpretaciones particulares de la
información propiamente lingüística, es decir, aquello que está más allá de las
palabras.
La paralingüística es un préstamo terminológico que
analiza el sistema comunicativo y que empieza a estudiarse a mediados del siglo
XX. El primer autor en explicar este término es Hill, y lo hace con la
siguiente definición: La
paralingüística es una parte de la actividad comunicativa que se encuentra
fuera del área de la microlingüística.
Paralingüística oral
ELEMENTOS PARALINGÜÍSTICOS
Son elementos que acompañan, modifican o alteran la estructura
lingüística. Se dividen en:
Cualidades
primarias: abarcan fragmentos más o menos extensos del discurso y aquí se
hace desde el punto de vista del hablante individual. Son:
El
timbre: es el modo propio o característico de sonar la voz de las personas.
Sirve para distinguir a unos de otros.
El
tono: se emplea para transmitir lo que queremos. Es el regulador entre el
sentimiento y la expresión, entre lo sentido y lo verbalizado. En la entonación
se diferencian entre tonos muy agudos, medios, graves o muy graves según lo que
quiera transmitir el hablante.
El
ritmo: se utiliza al hablar para que nuestro mensaje sea audible y
entendible. Si una persona habla muy lento aburre y si una persona habla muy
rápido pone nervioso, agobia o acelera. La norma a seguir sería: pensar más
deprisa que el interlocutor, pero hablar más despacio de lo que él piense.
El
volumen: sirve para transmitir emociones y para resaltar algunas partes del
discurso. Los grados del volumen pueden ser:
o Elevado: suele ser síntoma de autoridad,
dominio, seguridad o incluso de alegría.
o Muy alto: suele mostrar que estamos
enfadados.
o Moderado: transmite clama.
o Bajo: intención de no quiere ser oído, como
las personas introvertidas.
Las
pausas: funcionan como reguladores de cambio de turno, indicando el final
de uno y el posible comienzo de otro. Existen dos tipos de pausas:
o Reflexivas: pausa para que los demás
piensen en lo que acabas de decir.
o Fisiológicas: pausa para tomar aire.
Los
silencios: utilizados como presentadores de discursos o enfatizadores del
contenido de los enunciadores emitidos o por emitir. Con el silencio unas veces
se invita a hablar, otras a callar, otras se asiente y otras para mostrar
desacuerdo.
La
claridad: va unida a la velocidad. Cuanta más velocidad tenga hablando una
persona, menos se le entiende. Tampoco se entienden las palabras si el acento
está muy marcado, si las palabras se entrecortan, si se tiene mala
pronunciación o mala vocalización.
El
tiempo: se refiere al tiempo del habla, a la duración de las intervenciones
de los interlocutores en una conversación. Lo adecuado sería un intercambio
recíproco de conversación.
Calificadores:
son transformaciones de la zona articulatoria
(cavidad bucal, nasal y faríngea) que abarcan desde sílabas aisladas hasta
trozos enteros del discurso. Para su aplicación didáctica se clasifican en
nueve grados:
Control
glótico: es desde aliento y
respiración, hasta la voz, pasando por el susurro.
Control
velar: es oral, nasal y muy nasal. Muy común en el hablante americano.
Tensión
articulatoria: es muy tensa, tensa, media, blanda o relajada.
Control
articulatorio: es muy claro (llegando a la afectación), claro, medio y
confuso.
Control
faríngeo: es el que hace la voz ronca, áspera, media y abierta.
Control
laríngeo: es la aspiración (como la p, t, k de Andalucía o la s, z del
habla madrileño) y la globalización (solo como anomalía consciente o momentos
de tensión).
Control
labial: es el que los labios estén distendidos en una u otra dirección.
Control
maxilar: es cuando la mandíbula inferior está retraída o adelantada para
expresar algún estado afectivo.
Control
respiratorio: es la espiración fuerte que prolonga la sílaba final y deja
oír la respiración (un susurro).
Diferenciadores:
diferencian estados psicológicos o fisiológicos, y están modificados por
las cualidades primarias y los calificadores. Se agrupan según su cualidad más
dominante y, a su vez, por su matiz diferenciador y los grados.
Alternantes: son ruidos, modificados
por ciertos auxiliares paralingüísticos, que articulamos consciente o
inconscientemente en la zona comprendida entre los labios, la faringe y las
fosas nasales. Se clasifican en:
Soplido:
cuando despides aire fuerte por la boca.
El
beso: diferenciador individual y social que va desde el beso discreto hasta
el chasquido con gesto violento.
El
silbido: sonido agudo resultante de hacer un soplido a través de los labios
o fruncidos o con ayuda de los dedos.
Los
clics: es el sonido que se utiliza por ejemplo para arrear a una caballería
o despachar un perro.
La
vocal de duda: son las grafías como “ah”, “uh”.
_________________________________________________________________________________
Lenguaje
kinésico
Para lograr una comunicación afectiva se
requiere saber que al hablar se producen movimientos que acompañan a la palabra
(se mueven la cabeza, brazos, manos, etc.) y que apoyan la
intencionalidad del mensaje, este conjunto de movimientos es lo que forma el lenguaje kinésico. Los movimientos, las posturas
del cuerpo consciente o inconscientemente conforman el sistema kinésico,
comunicando o matizando los discursos. También incluye los movimientos
aprendidos, de percepción visual, audiovisual y táctil, que ligados a las
combinaciones lingüística y paralingüística poseen valor comunicativo. Se cree que es uno
de los más antiguos, probablemente se desarrolló antes que el lenguaje verbal.
Varía dependiendo de los factores étnicos y culturales.
Por ejemplo, los japoneses
e ingleses lo utilizan en mínimas ocasiones, mientras que los africanos y
árabes es frecuente su uso.
Este lenguaje
sirve para ilustrar lo que se va diciendo, debido a que los movimientos
“marcan” las partes del discurso, se podrían considerar como una especie de
“sistema de puntuación” que sirven para ampliar o complementar la intención de
comunicación; también indican estos motivos (como ansiedad, tensión,
nerviosismo, etc.) y mantienen el flujo de la conversación.
Del
cuerpo, el rostro constituye la región más importante en el plano expresivo y
comunicativo; constituye el canal preferido para la expresión de las emociones;
manifiesta las actitudes interpersonales y produce señales importantes de
interacción.
La kinésica
diferencia los gestos, las posturas y las maneras:
1. Gestos:
Los gestos son los movimientos con la cabeza, la cara, las extremidades, las
miradas, ya sean conscientes o inconscientes, o dependientes o independientes
del sistema paralingüístico, que se conjugan o alternan con el lenguaje verbal.
2. Maneras:
Toser, comer, hablar, son ejemplos de las maneras de cada región. Sean
conscientes o dinámicas, son aprendidas socialmente según cada contexto
situacional, las cuales se alternan o conjugan con el discurso.
3. Posturas:
Las posturas pueden ser estáticas, tienen un factor consciente o inconsciente y
se pueden ritualizar, al igual que las maneras. También se utilizan menos en la
comunicación.
Para obtener la
fluidez cultural no verbal, es necesario dominar éstas tres categorías. Se
necesita aprender las maneras y las posturas para añadirlo a los gestos y así
poder comunicarnos debidamente. Las tres categorías pueden ser libres o
trabadas, esto quiere decir que sólo participan los órganos del emisor de forma
independiente, sin contactos con otros ni con recursos objetuales o que los
órganos que participan se traban entre sí o entran en contacto con partes del
cuerpo con otras personas.
Lenguaje Proxémico
Lo suelen
denominar proxémico o del espacio próximo. El propio nombre lo dice: trata
sobre lo que afecta el espacio físico en las relaciones interpersonales y en el
individuo en sí mismo.
El objetivo
del lenguaje proxémico es
variar las actitudes espaciales y las distancias interpersonales en el acto
comunicativo. Estas distancias tienen significados culturales determinados, ya
que la emisión verbal de ideas y sentimientos puede intensificar o aminorar el
sentido del mensaje, de acuerdo a una distancia cercana, media o lejana.
El espacio se
divide en dos categorías:
*Fijo: Es el espacio que está marcado por
estructuras que no se pueden mover.
*Semifijo: Es el espacio alrededor del cuerpo.
Dentro de los diferentes tipos de Espacio
se encuentran una serie de Distancias.
Hall, clasifica
cuatro tipos de distancia de interacción humana:
1. Íntima:
de 46 cm de separación, se utiliza en conversaciones privadas entre amigos
cercanos.
2. Personal:
de 46 cm a 1.20 m de separación, se usa en conversaciones casuales.
3. Social:
de 1.20 m a 3.60 m de separación, se usa en conversaciones impersonales.
4. Pública:
más de 3.60 m de separación, se usa en cualquier otro tipo de conversación.
También Hall identificó varios tipos de
espacio, entre ellos el denominado espacio personal o informal. Este espacio no
es otro que el creado por los participantes de una interacción y que varía en
función del tipo de encuentro, la relación entre los interlocutores, sus
personalidades y otros factores. Diseña un modelo en el que clasifica el
espacio personal en cuatro subcategorías:
1. Espacio íntimo, que va desde el contacto físico hasta
aproximadamente 45 cm. Esta distancia podría subdividirse en dos intervalos
distintos: entre 0 y 15 cm, distancia que presupone el contacto físico y que
tendría lugar en situaciones comunicativas de máxima intimidad (por ejemplo,
durante el mantenimiento de relaciones afectivas); y entre 15 y 45 cm, que se
corresponde con una distancia menos íntima pero inserta en un marco de
privacidad.
2. Espacio casual-personal, que se extiende desde 45 cm a
120 cm. Es la distancia habitual en las relaciones interpersonales y permite el
contacto físico con la otra persona.
3. Espacio social-consultivo, que abarca desde los 120 cm
hasta los 364 cm y aparece en situaciones donde se intercambian cuestiones no
personales.
4. Espacio público, que va desde esta última hasta el límite
de lo visible o lo audible. A esta distancia los participantes tienen que
amplificar recursos como la voz para posibilitar la comunicación. Por ejemplo,
durante una conferencia.
Dependiendo de la
cultura, estas distancias pueden variar, siendo más cortas en culturas latinas
y más largas en culturas nórdicas.
Esta clasificación
obedece a que la seguridad al hablar varía dependiendo del espacio en el que se
emita el mensaje.
Por ejemplo, algunos emisores se encuentran incómodos en la interacción
pública (en un escenario) o en la social (en una comida con muchos comensales); otros, no soportan el contacto físico.
De acuerdo a la
distancia, es la reacción de los sentidos: en una distancia íntima, el calor,
el olor y el tacto pueden transmitir información; pero su eficacia disminuye
con el aumento de la distancia: a mayor distancia se usa la vista y el oído.
Se ha
demostrado que el hombre prefiere la cercanía de individuos que le agradan,
como los amigos (en caso contrario, se opta por mayor distancia), esta
tendencia se puede explicar por el hecho de que una fuerte cercanía física
constituye un modo de invasión del “territorio” del individuo, es por lo que
tienden a ser excluidas las personas consideradas hostiles, antipáticas, o con
las que se mantienen relaciones exclusivamente formales
La
proximidad física es importante con relación a la intimidad y al dominio, como
en el caso de la cercanía en el ascensor, por el hecho de ser forzada no
contiene significado alguno; mientras que sí lo tendrá, si una persona escoge
un lugar cercano a otra, cuando hay otros espacios disponibles.
En resumen, el
Lenguaje Proxémico es el lenguaje no verbal que utiliza el espacio físico que
les rodea para expresar un mensaje: emisor y receptor organizan sus encuentros
y con esas distancias definen su relación interpersonal.
Bibliografía:
LEÓN
Mejía Alma, Estrategias para el
desarrollo de la comunicación profesional, p 11
RICCI
Bitti, Pío y Bruna Zani, La
comunicación como proceso social, Grijalbo, México, 1994, p 23
VERDERBER
Rudolph F., Comunícate, p 91
Casalmiglia, H. y Tusón, A. (1999). Las cosas
del decir. Barcelona: Ariel.
Crystal, D. (1987). Enciclopedia del lenguaje
de la Universidad de Cambridge. Madrid: Taurus: 1994.
Greimás,
A. J.; Courtés, J. (1982). Semiótica.
Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Madrid: Gredos,1990.
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